Lanata, el gran trangresor del Periodismo, rehén de la censura
La Academia Nacional de Periodismo repudia el bozal legal impuesto por la jueza Lucila Córdoba, que prohíbe a los medios mencionar a Jorge Lanata. La medida, solicitada por su esposa Elba Marcovecchio, deja al periodista, que se encuentra enfermo y sin voz, en una situación irónica: el hombre que siempre luchó por la libertad de prensa, hoy es rehén de la censura.
- La Academia Nacional de Periodismo denuncia la decisión judicial como una forma de censura previa, una amenaza directa a la libertad de expresión.
- La situación de Lanata, enfermo y sin poder defenderse, evidencia la gravedad del bozal legal en un contexto de creciente restricción a la información.
Jorge Lanata: el transgresor silenciado por la censura.
Resulta una paradoja que el periodista que construyó su carrera desafiando los límites de la libertad de prensa ahora se encuentre rehén de una medida que restringe lo que tanto defendió. Jorge Lanata, quien hoy enfrenta problemas de salud que lo han dejado sin voz y alejado de la vida pública, ha sido silenciado no solo por su enfermedad, sino también por una decisión judicial que prohíbe a los medios mencionar su nombre.
La jueza Lucila Córdoba impuso un bozal legal a pedido de la esposa de Lanata, Elba Marcovecchio, en medio de un conflicto familiar con las hijas del periodista, Bárbara y Lola. La Academia Nacional de Periodismo no tardó en condenar la medida, calificándola como un acto de censura previa y una amenaza a la libertad de expresión.
“La censura previa judicial y la restricción al acceso a la información pública son un peligro y una gravísima amenaza a la libertad de expresión”, señalaron los periodistas Silvia Naishtat y Joaquín Morales Solá en un comunicado.
Un Lanata sin voz, rehén de la situación
Para un periodista que siempre luchó contra los intentos de censura, encontrarse en esta situación representa una ironía difícil de ignorar. Durante años, Lanata denunció los intentos de los gobiernos por controlar a la prensa y acallar voces críticas. Hoy, sin poder hablar por su condición de salud, enfrenta una medida que silencia a los medios en su propio nombre.
“La libertad de prensa es fundamental, y censurar es lo más miserable que puede hacer un gobierno”, dijo Lanata en 2013, en plena lucha contra las políticas restrictivas del kirchnerismo. Hoy, sus palabras resuenan con fuerza, ya que él mismo está inmerso en una situación que priva a los medios de la posibilidad de informar sobre su persona.
La Academia de Periodismo y la defensa de la libertad
La Academia Nacional de Periodismo fue enfática en su rechazo al fallo de la jueza Córdoba, que afecta a medios gráficos, audiovisuales y digitales. Para la institución, la decisión viola normas consagradas en la Constitución Nacional y en tratados internacionales como el Pacto de San José de Costa Rica.
“La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha establecido que cualquier medida que impida la libertad de expresión, incluso las decisiones judiciales, constituye censura previa”, recordó la Academia en su comunicado.
Además, la Academia señaló que esta medida se suma a una serie de acciones recientes que intentan restringir el acceso a la información en Argentina, como el decreto 780/2024, que modificó la Ley de Acceso a la Información Pública.
El precedente de Tato Bores y la censura en la televisión
Tato Bores, en 1992
En su comunicado, la Academia también recordó un caso histórico de censura previa: en 1992, la jueza María Romilda Servini de Cubría prohibió la emisión de uno de los monólogos de Tato Bores, lo que generó una fuerte reacción en el mundo del espectáculo y el periodismo. “Ese episodio quedó en la memoria de la televisión argentina, al igual que este, que representa un grave retroceso en términos de libertad de prensa”, señaló la Academia.