“Envidiosa”, la comedia romántica protagonizada por Griselda Siciliani, se ha convertido en la serie más vista en Netflix Argentina. A lo largo de 12 episodios, la trama expone los mandatos culturales que persiguen a las mujeres, explorando el peso del deseo y los vínculos. Pero, ¿qué hay detrás de este fenómeno? Más que una historia de amor, es una crítica mordaz a las expectativas que seguimos arrastrando de décadas en pleno 2024.
Resumen de ideas:
- Los mandatos culturales sobre la maternidad y el matrimonio siguen vigentes en “Envidiosa”, pero las nuevas generaciones están comenzando a romper con estos esquemas.
- Griselda Siciliani destaca en su papel de Vicky, una mujer que lucha por liberarse de las expectativas impuestas, mientras se enfrenta a sus propios deseos y vínculos.
El peso de los mandatos culturales en pleno 2024
“Envidiosa”, dirigida por Gabriel Medina y escrita por Carolina Aguirre, ha capturado la atención del público no solo por su trama ágil y entretenida, sino también por cómo desnuda los mandatos culturales que aún rigen en la vida de muchas mujeres. La historia sigue a Vicky, interpretada magistralmente por Griselda Siciliani, una mujer a punto de cumplir 40 años que se siente atrapada entre los restos de una relación fallida y la urgencia por “cumplir” con las expectativas de casarse y formar una familia.
A pesar de vivir en un mundo que se ha modernizado en muchos aspectos, Vicky refleja los clichés que muchas mujeres todavía enfrentan: la presión por cumplir con el modelo tradicional de vida, donde el éxito personal se mide por casarse y tener hijos. Es irónico, pero devastador, que una serie en 2024 nos siga mostrando personajes obsesionados con estos mandatos, como si fueran los únicos caminos válidos hacia la felicidad.
El personaje de Vicky deja claro el peso de esos mandatos, preguntándose continuamente: “¿Qué tengo de malo?”, cuando en realidad lo que está roto es el molde cultural que no le permite salir de la narrativa preestablecida.
Vínculos y espejismos: las relaciones como reflejo de los mandatos
La trama también aborda cómo las relaciones de Vicky con sus amigas y familiares son espejos distorsionados de sus propios deseos no cumplidos. Sus amigas están inmersas en preparativos de bodas o maternidad, lo que solo intensifica el sentimiento de insuficiencia en Vicky. Estos vínculos se vuelven detonantes de crisis en la protagonista, quien se enfrenta a lo que cree que le falta.
Por otro lado, la serie plantea un contraste interesante entre el deseo de Vicky y la realidad de las nuevas generaciones. Según un reciente informe de Voices!, el 47% de las jóvenes argentinas no planean tener hijos, lo que señala un giro radical en la visión tradicional de la maternidad. Este dato es un recordatorio contundente de que, mientras personajes como Vicky siguen luchando con los mandatos de antaño, las generaciones más jóvenes comienzan a cuestionarlos y romper con ellos.
El éxito de “Envidiosa” radica en cómo refleja esta tensión entre las expectativas tradicionales y las nuevas realidades. Las mujeres ya no necesitan cumplir con los roles preestablecidos de madre y esposa para sentir que han logrado algo en la vida, pero el fantasma de estos mandatos sigue vivo, y Vicky es una víctima de ello.
El mito del “final feliz”
En esta serie, el romance central entre Vicky y Matías (Esteban Lamothe) es un recurso clásico del género: el “meet cute” entre dos personas aparentemente opuestas. Matías es el restaurador chino que le ofrece a Vicky una vía de escape de su vida caótica y, por supuesto, la posibilidad de un “final feliz”. Pero lo que pronto queda claro es que la verdadera historia de la serie no gira en torno a ese romance, sino a la transformación interna de Vicky.
Para que Vicky alcance ese final feliz, primero tendrá que soltar las fantasías de perfección que ha construido desde su niñez. El personaje de Benjamín Vicuña, un jefe manipulador y tóxico, refuerza esta idea al representar todo lo que Vicky debe dejar atrás: un pasado de abandono emocional y vínculos dañinos que se repiten.
Mandatos culturales vs. nuevas generaciones
A pesar de que la historia parece, en la superficie, una clásica comedia romántica, “Envidiosa” pone sobre la mesa una crítica más profunda: los mandatos culturales que siguen acechando, incluso cuando el mundo ha cambiado. La serie plantea preguntas importantes sobre el deseo y el sacrificio, y cómo estos están profundamente influenciados por el contexto cultural.
¿Realmente deseamos lo que creemos que deseamos, o simplemente estamos siguiendo un guión impuesto? En el caso de Vicky, su vida es un reflejo de los mandatos que ha absorbido desde pequeña: el matrimonio, los hijos, la estabilidad familiar. Pero mientras ella lucha por encajar en ese molde, las estadísticas nos muestran que las nuevas generaciones han empezado a alejarse de estas expectativas. En Argentina, un 25% de los hombres y un 16% de las mujeres adultas ya han decidido no tener hijos, según el informe de Voices!.
El Mito del éxito
“Envidiosa” es mucho más que una comedia romántica. Es una exposición mordaz de los mandatos que seguimos arrastrando y de cómo estos afectan nuestras relaciones y nuestros deseos. Griselda Siciliani brilla en su papel, no solo por su impecable talento para la comedia, sino por cómo personifica a una mujer que busca algo más allá de lo que la sociedad le ha dicho que debería querer.
El éxito de la serie no solo radica en sus risas, sino en la oportunidad de reflexionar sobre los mandatos culturales que, aunque en declive, siguen pesando sobre nuestras decisiones. “Envidiosa” nos invita a preguntarnos: ¿realmente estamos viviendo la vida que queremos o simplemente estamos cumpliendo con lo que nos dijeron que debíamos desear?
Por Sara Di Tomaso