El Silencioso Grito de los Niños: El Trabajo Infantil en Argentina
En Argentina, 1 de cada 10 niños se ve obligado a trabajar. Un estudio revela que el 14,8% de los niños y adolescentes entre 5 y 17 años realizaban trabajo infantil en el segundo semestre de 2022. En la actualidad, se estima que 1.400.000 niños y adolescentes sufren esta realidad. Para el primer trimestre de 2024, el 55,5% de la población es pobre, del cual el 17,5% es indigente. La pobreza infantil sería del 70,8%, y la extrema del 34%.
Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), el trabajo infantil, definido como cualquier actividad que perjudique o dañe física, mental, social o moralmente a los niños y afecte su escolaridad, es una realidad persistente en Argentina. El estudio, que analiza el periodo 2010-2022, señala que el pico máximo del trabajo infantil fue en 2010, con el 19,1%.
El Impacto de la Pandemia
El piso de la serie se encuentra en 2020 (5,3%), el cual debe ser entendido en el contexto de cuarentena por la pandemia del COVID-19. Entre 2021 (aún con restricciones sanitarias) y 2022 (contexto normalizado) el trabajo infantil se incrementó 7,1 puntos porcentuales.
La Realidad Social
Para erradicar esta problemática es necesario mirar su punto de partida: no se puede separar al trabajo infantil de una realidad social que atraviesan millones de familias. Para el primer trimestre de 2024, el 55,5% de la población es pobre, del cual el 17,5% es indigente. La pobreza infantil sería del 70,8%, y la extrema del 34%.
Patrones Comunes
Los especialistas en la materia coinciden en los patrones comunes que se reiteran en las situaciones donde se evidencia trabajo infantil. Es frecuente que el trabajo infantil se desarrolle en contextos de pobreza, analfabetismo y con altos niveles de informalidad laboral.
El Ecosistema del Trabajo Infantil
Las violaciones de derechos humanos básicos que sufren los niños, niñas y adolescentes no comienzan en el trabajo infantil, sino que esta es una más de las tantas con las que convive en su entorno y la necesidad de dinero, comida, alojamiento, ropa, etc. que tienen.
Es urgente la aplicación de un Plan Nacional que integre políticas públicas transversales a los ámbitos de la vida de un niño, niña y adolescente que sufre trabajo infantil. Sin embargo, la mejor prevención es un correcto desarrollo de un Plan de país que integre a quienes lo habiten y sea equitativo y justo en su convivencia social. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomienda que los Estados nacionales aseguren un nivel básico del ingreso para las familias, que propicien un correcto acceso al sistema de salud, que aseguren el efectivo cumplimiento de la escolaridad, y que atiendan la ampliación del sistema de protección social. A su vez, invita enfáticamente a contar con una propicia para un constante dinamismo del mercado de trabajo.