Shell presentó una demanda de $2.1 millones de dólares contra Greenpeace, en uno de los mayores desafíos legales que el grupo ambientalista enfrenta en sus 50 años de historia.
Shell presentó una demanda contra Greenpeace en el Reino Unido por las protestas que realizó la organización en el mar y en el puerto contra las actividades de exploración y extracción de petróleo y gas de la petrolera. La compañía reclama una indemnización por los costos legales y operativos que le generaron las acciones de Greenpeace, y una orden judicial que prohíba futuras protestas similares.
El gigante energético, lleva a Greenpeace a los tribunales, alegando que la seguridad de las personas a bordo de su plataforma petrolera está en riesgo debido a las protestas de los activistas climáticos. Sin embargo, Greenpeace sostiene que la demanda es un intento de silenciar la protesta legítima por la justicia climática.
EL CONFLICTO
El conflicto se centra en la ocupación de una plataforma petrolera flotante por parte de cuatro activistas de Greenpeace al norte de las Islas Canarias. Los manifestantes portaban pancartas con el lema ‘dejen de perforar y comiencen a pagar’, en respuesta a los daños al clima que, según ellos, la petrolera está causando.
No es la primera vez que Shell se enfrenta a acciones legales por sus políticas ambientales. Una corte holandesa ordenó a Shell reducir sus emisiones en un 45% para 2030, tras una demanda de Amigos de la Tierra. También, ClientEarth intentó demandar a los directores de Shell por su estrategia climática defectuosa, pero la corte no lo admitió.
- Demanda millonaria: Shell reclama a Greenpeace una indemnización de $2.1 millones de dólares por los costos derivados de las protestas. Además, pide una prohibición indefinida de que Greenpeace se acerque a sus infraestructuras marítimas en todo el mundo. Shell argumenta que las protestas ponen en riesgo la vida de los trabajadores y los manifestantes, y que respeta el derecho a la protesta pacífica.
- Disidencia climática: Greenpeace sostiene que Shell usa tácticas legales agresivas para intimidar y silenciar a los que se oponen a sus planes de aumentar las inversiones en combustibles fósiles. Yeb Saño, director ejecutivo de Greenpeace del sudeste asiático y uno de los demandados por Shell, afirma que la empresa trata de acallar las demandas legítimas por justicia climática.
ESPIONAJE
Greenpeace afirma que Shell está usando “tácticas legales agresivas” para intimidar y silenciar a los activistas que cuestionan la decisión del director ejecutivo de Shell, Wael Sawan, de aumentar las inversiones en combustibles fósiles.
Yeb Saño, director ejecutivo de Greenpeace del sudeste asiático y uno de los demandados por Shell, dice que la petrolera está tratando de acallar las demandas legítimas de justicia climática y compensación por las pérdidas y daños causados por el cambio climático.
LA VOZ DE SHELL
Shell niega que su demanda tenga la intención de restringir el derecho a la protesta, sino de prevenir actividades peligrosas que puedan poner en riesgo la seguridad de los manifestantes y de la tripulación. Un portavoz de Shell dice que la empresa respeta absolutamente el derecho a la protesta, pero que también tiene derecho a recuperar los costos significativos derivados de las acciones peligrosas de Greenpeace.
El caso legal entre Shell y Greenpeace refleja la creciente tensión entre las grandes corporaciones y las protestas por la acción climática. El resultado de este caso no solo tendrá consecuencias financieras, sino también repercusiones más amplias sobre el derecho a la protesta y la responsabilidad corporativa en el contexto de la crisis climática global.