Argentina presentó su Estrategia Nacional de Biodiversidad 2025-2030 en la COP16 de Cali, Colombia, alineándose con los compromisos globales. Sin embargo, la cumbre dejó en claro que, sin financiamiento y monitoreo efectivo, los avances podrían quedar en discursos vacíos.
Resumen:
- Argentina impulsa su compromiso con la biodiversidad en la COP16, destacándose entre las naciones con un plan de acción concreto.
- La cumbre revela una crisis de compromiso global, mientras los países en desarrollo esperan las promesas incumplidas de las potencias.
Argentina Actúa Mientras el Compromiso Internacional se Diluye
La 16.ª Conferencia de las Partes (COP16) sobre Diversidad Biológica, celebrada en Cali, Colombia, marcó una nueva oportunidad para que las naciones demostraran sus avances y reafirmaran sus compromisos de conservación. Argentina presentó su renovada Estrategia Nacional de Biodiversidad y Plan de Acción 2025-2030, una actualización de su política 2016-2020, con 22 metas orientadas a la conservación, restauración y uso sustentable de su biodiversidad. Este plan nacional, alineado con el Marco Global para la Biodiversidad Kunming-Montreal, incluye un componente de restauración ecológica para ecosistemas degradados y establece indicadores de monitoreo para evaluar el avance.
Sin embargo, en un contexto en el que Argentina y otros países en desarrollo buscan cumplir con objetivos ambiciosos, la falta de financiamiento y de un sistema de monitoreo efectivo a nivel global ensombrecen el camino. En la COP15, los países desarrollados se comprometieron a movilizar 200 mil millones de dólares anuales para la biodiversidad, con una promesa de 20 mil millones específicamente para apoyar a los países en desarrollo. Hasta la fecha, esos fondos no han llegado, generando frustración y desconfianza entre los países que dependen de ese apoyo para avanzar en sus metas ambientales.
Jiwoh Abdulai, Ministro de Medio Ambiente de Sierra Leona: “Es una paradoja ver cómo las potencias financian conflictos y pandemias en cuestión de días, pero cuando se trata de biodiversidad, el dinero simplemente no aparece.”
Un Fondo Global y los Obstáculos al Financiamiento de la Biodiversidad
Entre los logros de la COP16, se destaca la creación del “fondo de Información de Secuencia Digital” (DSI) que impondrá un impuesto a las empresas que desarrollan productos a partir de información genética, como fármacos o productos comerciales. Este fondo pretende redirigir parte de esos ingresos hacia la conservación de la biodiversidad, especialmente en regiones de alta biodiversidad y con recursos limitados.
A pesar de este avance, muchos países en desarrollo consideran que esta medida es insuficiente. El incumplimiento de los compromisos financieros asumidos en la COP15 continúa limitando el alcance de las acciones, especialmente en naciones que no pueden destinar fondos propios suficientes a la conservación. Las barreras burocráticas para acceder a estos fondos y la dependencia de organizaciones internacionales, como el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), que favorecen a los países más ricos, han sido temas recurrentes en el debate de la cumbre.
Oscar Soria, director de Common Initiative: “Sin el apoyo de los países ricos, los compromisos son solo palabras. Argentina y otras naciones han puesto manos a la obra, pero necesitan que el resto del mundo haga lo mismo.”
La Urgencia de un Sistema de Monitoreo Claro y Eficaz
Otra barrera clave en esta COP16 fue la falta de un sistema de monitoreo uniforme que permita evaluar el avance de los compromisos globales de biodiversidad. Aunque en la COP15 se establecieron 23 metas y cuatro objetivos para frenar la pérdida de biodiversidad, en esta cumbre no se definió cómo supervisar el cumplimiento de esos objetivos. La ausencia de un marco de monitoreo efectivo debilita los compromisos y deja en duda la efectividad de los acuerdos asumidos, lo que ha sido un problema recurrente en las cumbres de biodiversidad.
Brian O’Donnell, director de la Campaña por la Naturaleza: “El mundo no puede permitirse el lujo de seguir con el ‘business as usual’. Sin sistemas de supervisión y financiamiento, las promesas globales no pasarán de ser solo buenas intenciones.”
Argentina como Actor Responsable y el Reto de las Promesas Incumplidas
La presentación de la Estrategia Nacional de Biodiversidad 2025-2030 reafirma el rol de Argentina como un actor comprometido en la conservación. Este plan, desarrollado con la colaboración de la Comisión Nacional Asesora para la Conservación y Utilización de la Diversidad Biológica (CONADIBIO) e integrado por representantes de la sociedad civil y organismos estatales, demuestra la voluntad del país de avanzar hacia un futuro sostenible.
Sin embargo, la falta de un marco financiero y de monitoreo efectivo a nivel internacional crea un clima de frustración. Mientras Argentina se alinea con los objetivos globales y trabaja para implementar un modelo de desarrollo sostenible, los compromisos financieros incumplidos y la falta de acciones concretas por parte de las grandes economías socavan los esfuerzos colectivos. La COP16 expuso el vacío entre el discurso y la acción, dejando claro que sin recursos y supervisión real, la crisis de biodiversidad continuará empeorando.
Catherine Weller, directora de políticas globales en Fauna & Flora: “Aunque el fondo de DSI es un avance, aún estamos lejos de los niveles de financiamiento necesarios. La comunidad internacional debe priorizar la biodiversidad antes de que sea demasiado tarde.”