BlackRock: Acusada de engañar a inversores con falsos fondos «sostenibles»
ClientEarth, una organización ambientalista internacional, ha presentado una demanda contra BlackRock por etiquetar como sostenibles ciertos fondos de inversión que, en realidad, financian proyectos de combustibles fósiles. Según la acusación, la gestora de activos habría inducido a error a sus inversores, desviando recursos hacia empresas como Shell, BP y TotalEnergies, contradiciendo los principios verdes que BlackRock promociona en su estrategia.
Prácticas de greenwashing bajo escrutinio
En Argentina, BlackRock ha tenido un papel clave en la gestión de deuda pública y privada, siendo uno de los principales acreedores internacionales del país. La gestora ha estado involucrada en las negociaciones sobre la reestructuración de deuda soberana, especialmente durante la crisis de deuda de 2020, lo que refuerza su influencia en el ámbito económico local. Además, BlackRock tiene presencia en diversos sectores a través de sus inversiones, gestionando importantes fondos de inversión que incluyen activos en empresas clave del país.
El escándalo de greenwashing puede tener implicancias en su reputación dentro de Argentina, ya que la transparencia en los productos financieros y la alineación con principios sostenibles son cada vez más relevantes para los inversores locales. ClientEarth presentó la demanda ante la Autorité des marchés financiers (AMF), el regulador financiero francés, y notificó también al regulador europeo (ESMA). La denuncia acusa a BlackRock de destinar más de 1.000 millones de dólares a empresas de combustibles fósiles a través de 18 fondos supuestamente sostenibles, lo que ha desatado el debate sobre el greenwashing. La organización ambientalista exige que BlackRock modifique sus productos o reasigne sus fondos a proyectos genuinamente sostenibles.
Megan Clay, abogada de ClientEarth, explicó que estas afirmaciones exageradas distorsionan la competencia y desvían capital de inversiones realmente sostenibles. «Esta demanda es crucial para garantizar que los fondos etiquetados como sostenibles realmente lo sean», afirmó Clay.
Un golpe a la credibilidad de los fondos verde
El escándalo ha sacudido el mercado de productos financieros sostenibles, un sector que ha crecido rápidamente en los últimos años. La etiqueta de «sostenible» ha sido un imán para inversores que desean alinear su capital con principios ambientales, pero este caso pone en duda la transparencia de estas etiquetas. Las prácticas de greenwashing, como las que se señalan contra BlackRock, pueden desviar recursos de sectores realmente sostenibles y minar la confianza de los inversores.
La postura de Larry Fink: pragmatismo o contradicción
Larry Fink, CEO de BlackRock, ha defendido su enfoque de «pragmatismo energético», argumentando que la transición hacia energías limpias requiere, simultáneamente, inversión en combustibles fósiles. En su carta anual, Fink señaló que mantener la seguridad energética global aún depende de estas fuentes. Sin embargo, las críticas apuntan a que los fondos promocionados como sostenibles no deberían incluir empresas que expanden su capacidad en petróleo y gas.
Un golpe a la responsabilidad social de BlackRock
Este caso plantea serias dudas sobre la responsabilidad social de BlackRock. Las acusaciones de greenwashing no solo golpean su reputación, sino que también reflejan un fallo importante en su estrategia de responsabilidad social empresarial (RSE). Restaurar la confianza de los inversores y garantizar la coherencia en la promoción de productos financieros sostenibles exigirá un cambio profundo en la forma en que BlackRock gestiona sus fondos y sus compromisos con la sostenibilidad.