En un país donde el 41,7% de la población vive en la pobreza, se desperdician 16 millones de toneladas de alimentos al año. Bancos de Alimentos Argentina recupera alimentos y busca combatir esta injusticia con su nueva campaña: “Hagamos que suene”.
Dos ideas clave:
- Casi el 50% de las frutas y verduras producidas en Argentina nunca llegan a los consumidores.
- La campaña “Sumá tu plato” invita a la sociedad a colaborar para reducir el hambre mediante la recuperación de alimentos.
Argentina: la paradoja entre el desperdicio y el hambre
En Argentina, una realidad inaceptable y urgente pone en evidencia la brutal paradoja del desperdicio de alimentos. Según la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, cada año se tiran a la basura 16 millones de toneladas de alimentos, el equivalente al 12,5% de toda la producción del país. Lo más alarmante es que casi el 45% de las frutas y verduras producidas nunca llega a los hogares de los consumidores.
Este escenario es aún más doloroso cuando se cruza con otro dato desolador: 6 de cada 10 niños argentinos sufren inseguridad alimentaria, lo que significa que no tienen acceso suficiente a alimentos de calidad. Santiago Ramos, presidente de Bancos de Alimentos Argentina, recalca que el volumen de comida desperdiciado anualmente es el equivalente a lo que 24 millones de personas consumen durante todo un año.
Bancos de Alimentos: una red contra el hambre
Ante este panorama, Bancos de Alimentos Argentina se ha convertido en una de las principales organizaciones que lucha contra el desperdicio de alimentos, al recuperar aquellos productos que perdieron su valor comercial, pero que son perfectamente aptos para el consumo humano. En 2023, la organización logró rescatar más de 16 millones de kilos de alimentos, de los cuales el 68% tenía un alto valor nutricional, como lácteos, frutas, verduras, legumbres y carnes.
Gracias a este esfuerzo, se distribuyeron más de 46 millones de platos de comida entre más de un millón de personas a través de 4.500 organizaciones sociales. La mayoría de los beneficiarios, el 70%, fueron niños y adolescentes, lo que subraya la urgencia de esta tarea. Además, el impacto ambiental es significativo: la recuperación de alimentos evitó la emisión de 2 millones de kilogramos de gases de efecto invernadero y ahorró más de 14 millones de metros cúbicos de agua.
Un trabajo en red que cumple 20 años
En un contexto en el que el 41,7%, de la población vive por debajo de la línea de pobreza y el 8,7% se encuentra en indigencia, según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), Bancos de Alimentos Argentina celebra dos décadas de lucha contra el hambre. Con la ayuda de más de 14.000 voluntarios y alianzas con empresas y organizaciones sociales, la asociación recupera alimentos que de otra manera serían desperdiciados, transformándolos en platos de comida para quienes más lo necesitan.
“La inseguridad alimentaria en Argentina es un problema de dimensiones injustas y evitables. Rescatar alimentos no es solo evitar el desperdicio, es garantizar comida en la mesa de miles de familias”, explica Santiago Ramos Santiago Ramos.
“Hagamos que suene”: la nueva campaña para sumar esfuerzos
Para conmemorar su vigésimo aniversario, Bancos de Alimentos Argentina lanzó la campaña “Hagamos que suene”, una iniciativa que busca despertar conciencia sobre la contradicción entre el desperdicio masivo de alimentos y la inseguridad alimentaria en el país. La campaña destaca la importancia del trabajo en red y cómo las alianzas con empresas y organizaciones permiten transformar toneladas de comida desechada en millones de platos que llegan a quienes más lo necesitan.
Como parte de esta campaña, en septiembre comenzará la iniciativa “Sumá tu plato”, una invitación abierta a toda la sociedad para colaborar y contribuir a los rescates de alimentos que permiten ampliar la cantidad de comida entregada. La campaña se extenderá hasta fines de octubre, y aquellos interesados en donar pueden hacerlo a través de este enlace: Donar a Bancos de Alimentos Argentina.
La lucha contra el hambre y el desperdicio de alimentos no solo es urgente, sino que es posible. Y cada plato sumado es una pequeña victoria hacia un país más justo y sin hambre.