Tini Stoessel, la salud mental y la falsa sororidad
Su arte le permitió hablar de los efectos nocivos de las redes sociales. El medio fue el lanzamiento de su quinto álbum, “Un mechón de pelo”. La salud mental como insumo. Y un debate moral en el feminismo, ¿Somos más conservadoras que sororas?
Millennials y Generación Z, la Generación Deprimida
Tini Stoessel antes que personaje es persona. Antes que celebrity es humana. El contexto social la atraviesa con miles de etiquetas que habitan en el nuevo conventillo social llamado “redes sociales” que deberían ser una herramienta tecnológica, pero se han convertido en veedores de la verdad. Declara ser millennials y lo justifica con sus escuetos 27 años.
El arte tiene la virtud de sanear y los cantantes lo toman como insumo. Así es lo hizo Stoessel en su quinto álbum de estudio titulado “Un mechón de pelo” donde refleja las diversas crisis personales, emocionales y artísticas que atravesó en el último año y medio, experiencias que le dieron material para escribir las diez canciones que componen este álbum. Pocos minutos antes del lanzamiento, de su obra, realizó una transmisión en vivo en Instagram en la que compartió sus sentimientos y casi pidiendo disculpas hablo de su salud mental y del impacto negativo de las redes sociales en su vida personal.
“Ojalá se tome bastante más consciencia de lo que generan las redes sociales”, Tini, dijo entre lágrimas.
La Generación Z, nacida entre mediados de los años 90 y principios de los años 2010, se enfrenta a desafíos únicos en términos de salud y bienestar. Según un estudio exhaustivo realizado por la consultora estratégica Oliver Wyman, el 50% de los jóvenes de la Generación Z están recibiendo tratamiento para problemas de salud mental como ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático y trastorno obsesivo-compulsivo.
Jonathan Haidt, psicólogo social y director de investigación en la Universidad de Nueva York, publicó, recientemente el Libro “La generación ansiosa. Por qué las redes sociales están provocando una epidemia de enfermedades”, argumenta que el uso excesivo de móviles y redes sociales es la causa de una creciente crisis global de salud mental entre los adolescentes.
Este debate académico es un urgente llamado a la acción y se ha convertido en uno de los desafíos tecnológicos más importantes de la década. Millones de padres se preguntan qué hacer y comparten sus temores y artículos en grupos. Con argumentos plausibles a favor de ambos lados, el debate mutó en una batalla cultural: aquellos que creen que las pantallas son principalmente perjudiciales contra aquellos que creen que cada época tiene su pánico moral ante las novedades.
NO existe lo que NO se nombra
Tini al presentar su Obra, basó casi la totalidad de su mensaje, en el uso de las redes sociales, específicamente en relación con el odio que se envía y recibe. “Algo que suelo decir bastante es esto de las redes sociales y ver algo que ves de alguien que está expuesto, o no, y comentar a veces impunemente, a veces con soltura, a veces con maldad, pueden hacerle mucho daño a una persona. Muchísimo, muchísimo. Ojalá se tome bastante más consciencia de lo que generan las redes sociales”, dijo entre lágrimas.
“Y que un comentario, a veces, puede llegar a hacer que una persona no tenga más ganas de estar acá. Ni siquiera lo digo por mí, por mi proceso y por todo lo que me pasó. Lo digo en general. Siento que se habla muy libremente de la vida de otro, de qué es lo que uno piensa… Y nadie sabe lo que está viviendo o procesando puertas para adentro esa persona. Entonces, por favor, sean más empáticos y tengan un poco más de cuidado a la hora de opinar de la vida de otras personas, simplemente por lo que la otra persona está eligiendo compartir o no. Me parece importante decirlo”, pidió a su comunidad.
La Generación Z es 1.9 veces más propensa que otras generaciones a experimentar problemas de salud mental. Casi el 50% de los encuestados de la Generación Z afirman recibir tratamiento para problemas de salud mental, una cifra que es casi el doble que la de otras generaciones. Esto subraya la necesidad urgente de una atención de salud mental accesible y eficaz en un contexto en donde el sistema de salud es cada día más un privilegio.
Sororidad conservadora
A 7 años del movimiento #Metoo, aquellos tiempos, donde las mujeres marcaron un punto de inicio para visibilizar muchas de las trampas de la cultura machista, Stoessel, hace horas, susurró “Dicen que robé. Que una familia rompí” en el tema “Ni de Ti”, para narrar ante el estrado moral y social de las buenas costumbres que no cometió el error de enamorarse de un hombre que era padre y jugador de futbol de la Selección Argentina. Las redes se pintaron de un conservadurismo ancestral y la cancelación llegó para quedarse desde el lugar menos pensado; las mujeres. ¿Cómo era eso de la sororidad? ¿Será que aún los actos son conservadores, los relatos liberales y las decisiones individuales son auditadas por los viejos consensos sociales?
Por Sara Di Tomaso