DAVOS, RECLAMAN POR LA BRECHA DE RIQUEZA ¿Qué es “La ley del más rico”? ¿Gravar la riqueza extraordinaria será el reclamo ante la desigualdad?
El 1 % más rico acumula casi el doble de riqueza que el resto de la población mundial en los últimos dos años, confirma la Ong Internacional Oxfam que presentará en DAVOS, “La Ley del más rico”. El reclamo será gravar la riqueza del 1 % más rico con tipos impositivos lo suficientemente altos como para reducir la enorme concentración de riqueza y el número de ultra ricos, generando así una mayor redistribución económica. Esto supondría un paquete de impuestos que grave tanto la vivienda y la tierra como las herencias y sucesiones o el patrimonio neto de las personas. No es Argentina, es Davos.
El informe de Oxfam se presentará en Davos, Suiza, donde se congregan las personas más ricas del mundo junto a líderes políticos y ejecutivos corporativos. Los hombres más ricos del mundo incrementaron sus fortunas hasta alcanzar los 869.000 millones de dólares desde 2020, duplicando su riqueza, mientras que el 60% más pobre del mundo, casi 5.000 millones de personas, vieron disminuir sus ingresos drasticamente
EL PEDIDO A DAVOS
Durante la última década, los súper ricos acapararon el 50 % de la nueva riqueza generada, cifra que acaban de superar. La fortuna de los milmillonarios está creciendo a un ritmo de 2700 millones de dólares al día, al mismo tiempo que cerca de 1700 millones de trabajadoras y trabajadores viven en países en los que la inflación crece por encima de los salarios. Con la aplicación de un impuesto a la riqueza de hasta el 5 % a los multimillonarios y milmillonarios podrían recaudarse 1,7 billones de dólares anualmente, lo que permitiría que 2000 millones de personas salieran de la pobreza. Este es el impuesto que se reclamará en el FORO DE DAVOS
Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional, es categórica a la hora de describir lo que sucede por primera vez en 25 años; la pobreza y la riqueza extrema crecen respectivamente, y ella afirma; “Mientras la gente corriente hace sacrificios diarios en lo esencial como los alimentos, los súper ricos han superado incluso sus sueños más osados. Tras solo dos años, la presente década ya se perfila como la mejor hasta la fecha para los milmillonarios: una década dorada de bonanza económica para los más ricos del mundo”
Será por este motivo que “La ley del más rico” se publica el día en que comienzan las reuniones del Foro Económico Mundial en Davos
LA NECESIDAD DE POLÍTICAS JUSTAS
Oxfam insta a los Gobiernos a:
- Aplicar impuestos solidarios de carácter temporal sobre la riqueza y los beneficios extraordinarios de las grandes corporaciones que generen recursos suficientes e impidan que unos pocos se aprovechen de las crisis.
- Incrementar de manera sistemática los tipos en el impuesto sobre la renta del 1 % más rico, por ejemplo, para lograr una tributación efectiva del 60 % calculada sobre el conjunto de sus rentas (tanto del trabajo como del capital), con tipos más elevados para los multimillonarios y milmillonarios. Los Gobiernos deben elevar la tributación sobre las rentas y ganancias del capital que habitualmente gozan de una tributación más ventajosa frente a otras formas de ingresos.
- Gravar la riqueza del 1 % más rico con tipos impositivos lo suficientemente altos como para reducir la enorme concentración de riqueza y el número de ultra ricos, generando así una mayor redistribución económica. Esto supondría un paquete de impuestos que grave tanto la vivienda y la tierra como las herencias y sucesiones o el patrimonio neto de las personas.
Bucher insiste con la gran inequidad global y lo considera casi una estafa moral si no se aborda y lo argumenta así, “Aplicar mayores impuestos a los súper ricos y a las grandes empresas es una puerta de salida a las múltiples crisis a las que nos enfrentamos actualmente. Es hora de derribar el mito de que los recortes fiscales para los más ricos terminarán de alguna manera beneficiando al resto. Cuarenta años de rebajas fiscales para los súper ricos han demostrado que las oleadas de privilegios solo terminan por beneficiarles a ellos.”
El reparto de la riqueza Oxfam lo describe así: “El 1 % más rico acapara cerca de las dos terceras partes de la nueva riqueza generada desde 2020 a nivel global (valorada en 42 billones de dólares), casi el doble que el 99 % restante de la humanidad. Durante la última década, el 1 % más rico capturó alrededor del 50 % de la nueva riqueza.
LA PANDEMIA Y LOS BILLONARIOS
La riqueza de los milmillonarios ha aumentado a un ritmo desconcertante. Desde 2020, con la pandemia y la crisis del coste de la vida, el 1 % más rico acaparó 26 billones de dólares (el 63 % de la nueva riqueza generada), mientras que tan solo 16 billones de dólares (el 37 %) llegaban al resto de la población mundial. Por cada dólar de nueva riqueza global que percibe una persona perteneciente al 90 % más pobre de la humanidad, un milmillonario se embolsa 1,7 millones de dólares. La fortuna de los milmillonarios ha crecido a un ritmo de 2700 millones de dólares diarios. Esto se suma a una década de ganancias históricas en la que el número de milmillonarios y su riqueza se han duplicado.
Según el Banco Mundial, podríamos estar ante el mayor incremento en la desigualdad entre países y la pobreza desde la Segunda Guerra Mundial. Países enteros se encuentran al borde de la bancarrota. Los más pobres destinan cuatro veces más recursos al servicio de la deuda (en manos de ricos acreedores) que a los servicios de salud pública. Tres de cada cuatro Gobiernos del mundo tienen previsto recortar el gasto público por un importe total de 7,8 billones de dólares aplicando medidas de austeridad durante los próximos cinco años, lo que se extiende a los sectores de la salud y la educación.
Oxfam insta a elevar de manera sistemática y generalizada la tributación sobre los ultra ricos para compensar parte de las enormes ganancias que han acumulado.
Por cada dólar recaudado en ingresos fiscales en el mundo, únicamente cuatro centavos proceden de gravar la riqueza. La mitad de los milmillonarios del mundo vive en países que no aplican ningún tipo de impuesto de sucesiones a la riqueza que estos transfieren a sus descendientes directos. Por lo tanto, cinco billones de dólares irán a parar, libres de impuestos, a sus correspondientes herederos; un importe que supera el PIB de África y que perpetuará una nueva generación de élites aristocráticas. La mayor parte de los ingresos de las personas más ricass no se derivan de su trabajo, sino que son esencialmente rentas de capital sobre sus activos. Sin embargo, la tributación sobre las rentas de capital se sitúa en torno al 18 % en promedio, aproximadamente la mitad de los tipos marginales sobre las rentas del trabajo.
De hecho, los impuestos aplicables a los más ricos han llegado a ser históricamente mucho más altos. Durante los últimos 40 años, Gobiernos de África, Asia, Europa y las Américas han ido reduciendo los tipos impositivos sobre las rentas más altas, mientras se han elevado los impuestos al consumo sobre bienes y servicios, es decir, impuestos que recaen desproporcionadamente sobre quienes tienen menos y que amplían las brechas de género. En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, en Estados Unidos el tipo marginal en el impuesto sobre la renta federal se situó por encima del 90 %, y en el 81 % en promedio entre los años 1944 y 1981. Otros países ricos también aplicaron tipos impositivos similares durante años de gran desarrollo económico, lo que contribuyó enormemente a ampliar el acceso a servicios públicos como la salud y la educación.
“Gravar más a los súper ricos es un requisito estratégico para reducir la desigualdad y revitalizar la democracia. Debemos hacerlo para fomentar la innovación. Para lograr unos servicios públicos más sólidos y construir sociedades más sanas y felices. También para abordar la crisis climática, invirtiendo en soluciones que contrarresten las escandalosas emisiones de los más ricos,” afirma Bucher.
Según un nuevo análisis desarrollado por Fight Inequality Alliance, el Institute for Policy Studies, Oxfam y Patriotic Millionaires, un impuesto al patrimonio con escala progresiva de hasta el 5 % a las fortunas multimillonarias y milmillonarias generaría 1,7 billones de dólares de ingresos anualmente. Con este importe podría lograrse que 2000 millones de personas salieran de la pobreza, así como financiar íntegramente la respuesta a los llamamientos humanitarios existentes, aplicar un plan de diez años para acabar con el hambre en el mundo, apoyar a los países más pobres a hacer frente a los impactos climáticos y garantizar servicios universales de salud y protección social para la población de los países de renta baja y media-baja.