ORGANOS Y EL MERCADO DE LA REPUGNANCIA
Argentina figura entre los países que aún en Pandemia continuó con el complejo protocolo que requiere un trasplante. Solo durante la cumbre del G20 se impidió que un trasplante de riñón se realice, por medidas de seguridad. Participan cerca de 200 personas en cada proceso que no superan las 30 horas. Hay cerca de 20 donante por millón de habitantes, lejos de países con más conciencia social. Diana Mondino, economista y referente de La Libertad Avanza, propone reconvertir la Donación de Órganos en el Mercado de la Repugnancia. ¿Qué es?
REPUGNANCIA
Repugnancia es la aversión o sentimiento de rechazo hacia ciertas ideas o actos, desde el punto de vista moral o intelectual, ilustra la Real Academia. Este concepto, Alvin E. Roth, economista estadounidense y Premio Nobel en 2012, fue citado por la economista local y virtual vocera de La Libertad Avanza, Diana Mondino, para explicar el “mercado de órganos”. Roth desarrolló el concepto económico de Repugnancia, que establece que algunas transacciones, como la compra y venta de riñones para trasplantes, son ilegales simplemente porque un número suficiente de personas las encuentra repugnantes. En este sentido el primero que levanta la mano es Alemania al advertir por la posible profundización del tráfico de organos.
En el 2018 se estrenó la pelicula “Animal” dirigida por otro talento argentino, del arte en este caso, llamado Armando Bo, que describe y narra a la perfección lo que puede suceder en el “mercado ilegal de óganos”. Protagonizada por Guillermo Francella, en la piel de Antonio Decoud, que desesperado está dispuesto a compensar la vida de una persona que jamás podría comprar una casa por justamente un RIÑON. Concepto Económico de La Repugnancia a pleno. “Animal” pavonea cada arista del ser humano en estado de sobrevivencia. La supremacia del mercado es clara; quien más tiene, decide. De recomendada actualidad. Por suerte en 2018 se sancionó la Ley Justina, que lleva el nombre de una criatura que hizo de su muerte un legado. Que ningún niño muera en la lista de espera de la donación de órganos. Aplicó la ley más benigna, la de la pureza de la infancia. Pero Mondino insiste y señala que la Ley Justina debería “funcionar de manera más proactiva”. A comprar riñones que se termina la vida.
#MULTIPLICATEX7
Todos los expertos consultados sobre donación de órganos marcan un antes y un después a partir de la “Ley Justina” y así lo confirma la titular del INCUCAI, Dra Gabriela Hidalgo “La ley Justina vino a modificar un montón de cosas que se hacían y no estaban escritas. Por ejemplo, los derechos de donantes y receptores, la confidencialidad, el trasplante cruzado. En esta ley se incluyó trasplante de órganos y tejidos que no estaban antes incluidas las células. En esta ley se incluyeron las células también. Esta ley nos cambió para bien, fue impulsada por el papá de Justina”
CAPICUA
“Con Justina jugábamos a ver quién encontraba más patentes capicúas. Era lo que más le divertía. Su habitación, mientras esperábamos el trasplante fue capicúa. El día que se votó la Ley Justina fueron 202 los diputados que votaron a favor el 27 de julio del 2018. Al mes siguiente, en agosto, fue record de donantes, 88, y 212 trasplantes; record histórico.. Las “Casas Justina” van a medir 606 m2. Los capicúas tienen muchas historias en la vida de Justina” Ezequiel Lo Cane, padre de Justina Lo Cane, la niña de 12 años que esperó en vano, en 2017, la llegada de un corazón nuevo que nunca llegó pero que su solidaridad fue la punta de lanza para resignificar la muerte. Con tan poquitos años supo que dependemos de otros para vivir y que aún en la muerte podemos ser empáticos y pensar en varias vidas. Exactamente en siete y tal vez nueve. Cada persona al momento de morir, en Terapia Intensiva, puede donar siete de sus órganos; riñón, hígado, corazón, pulmón, páncreas e intestino son los órganos. Y también tejidos como córneas, piel, huesos, válvulas cardíacas. Los especialitas en voz baja dicen, “si queres seguir viviendo después de la muerte, la donación es el camino.”
Justina Lo Cane con inmensa empatía les pidió a sus padres que hagan todo lo posible para ayudar a todos los que puedan para que no pasen lo que ella vivió. Lo hicieron; en menos de nueve meses se promulgó la Ley Justina que establece que todos los mayores de 18 años son donantes de órganos y tejidos, a menos que dejen constancia expresa de lo contrario.
En este sentido la Doctora Gabriela Hidalgo, titular del INCUCAI lo subraya y asegura que la Pandemia les enseñó bastante en cuanto a logística con tal de realizar los procesos de donación, “En Argentina nunca se dejaron de realizar los procesos de donación y trasplante en Pandemia. Muchos países tuvieron que ceder ante la pandemia, como sucedió en España, emblema para los sanitaristas, porque las terapias estaban llenas. La pandemia nos enseñó mucho de logística, de colaboración con distintas regiones. La verdad que tenemos las herramientas para trasladar un órgano, sea por tierra o por aviones sanitarios.” El ejemplo más emblemático de trasplante en ésta segunda ola mucho más iracunda que la del año pasado fue el caso de Eduardo Salice que no pudo recibir el riñón durante la Cumbre del G20, por estricticas medidas de seguridad; el avión de Aerolíneas Argentinas no salió con su riñón que hacía años esperaba y dos años y medio más tarde, lo recibió por parte de Natalia, su mujer, en abril de este año. Fue operado en Mendoza.
SOLIDARIDAD EN ACTO
#Multiplicatex7 fue la campaña que dio origen y vida a la Ley Justina y que generó un cambio radical en el sistema sanitario. A casi cuatro años de su promulgación, Lo Cane padre la describe “La ley para mí es como ver nacer un hijo. Son muchas emociones juntas. Desde que se aprobó genera vida. Algunos trasplantados tienen dos fechas de cumpleaños, porque dicen que tienen dos vidas.” Así lo siente, vibra y replica Hernán Sachero, Nadador trasplantado y periodista deportivo, “Cuando se aprobó la ley fue como si nos salvara la vida a todos los trasplantados que están en lista de espera”
Si bien la ley cambió el método de donación aún estamos lejos de otros países que nos duplican por millón de habitantes como es el caso de España que son cerca de 48 donantes por millón y en argentina apenas llegamos a los 20 donantes por millón. La lista de espera en el país es de 6960 personas esperando un órgano y 2400 tejidos, pero cuando nos acercamos a los donantes infantiles el cuadro es muy complejo. Gerardo Hollmann, papá de Mara Hollmann, luego de vivir el milagro de su hija Mara de 4 años trasplantada hace casi dos años y poder bailar “Rafaga de amor” a su lado, así lo narra, “Pero, muy complejo, un niño que espera un corazón como Mara es un milagro que suceda. Si hay pocos donantes, imaginate para un niño, por suerte son pocos los niños que fallecen. Aún no se mucho sobre el donante, algo por encima. Por eso hicimos una fiesta cuando regresamos a casa luego de esperar un año y medio que todo esté bien.” asegura Hollmann, al volver con Mara y su mujer a su Paraná natal luego de vivir un año y medio en capital federal a pocas cuadras del Hospital Italiano tal como lo exige el protocolo del trasplantado y a la vez la Pandemia lo sorprende por ver que no se valora la vida, “Sin la salud no tenes nada”
La Solidaridad es más que dar, es habitar en la virtud de conducir la vida misma. Gracias Justina por habitar la virtud y dejar un legado que el mercado no puede comprar. Donar es vivir en otra vida
Por Sara Di Tomaso
2 Comments
Hermosas historias de vida, la donación de órganos tiene que ver con la solidaridad con la empatía por el otro para salvar vidas pero nada de eso tiene ver con el mercado .
Muchas gracas! Es así! Abrazos