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Acerca de la Autora

Periodista, graduada de la Universidad Católica. Su experiencia en comunicación se describe en casi 30 años de trabajo. Programa radial y sitio propio desde el 2002. Voceria en gestión gubernamental y de impacto en la Agenda Pública. Asesora en Reputación y Derechos Humanos. Disfruta el mediatraining y la formación de líderes. Innovó en el mercado de la Sustentabilidad Empresaria al fundar la primera Consultora que desarrolló Reportes Sociales en formato QR. Produjo y lideró variadas Campañas de bien público. Trabajó como productora general en diferentes radios y en Grupo Artear. Comunicar es mas que hablar.

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INTIMIDAD ROBADA

  • junio 26, 2022
  • 7 min read
INTIMIDAD ROBADA

Intimidad, la serie de Netflix de habla hispana más vista en el mundo, desde su aparición hace menos de una semana. Las imagenes de sexo consentido de una futura alcadesa son viralizadas intencionalmente. En España los delitos cibernéticos contra la Integridad Sexual son penados, en Argentina apenas una contravención y solo en la Ciudad de Buenos Aires. Las víctimas en un 80% son mujeres, y cerca del 40% tienen entre 20 y 30 años. El cotorreo moral de las redes, la nueva burbuja del mal. ¿Por qué espiamos la sexualidad ajena?

ANONIMATO

“Todo lo que se hace como anónimo reduce la sensación de responsabilidad y potencia las posibles acciones malignas y permite las violencias” dice el psicólogo contemporáneo Philip Zimbardo, a la hora de argumentar que todos podemos ser malignos en el anonimato. Cualquiera. Asegura que nos deshumanizamos y se pierde el registro del daño.

En la intimidad pura nos convertimos en seres anónimos, hasta cruzar la vereda de la exposición social. Entonces ahí, miramos el espejo y cargamos el personaje que decidimos ser, acorde a la situación. Nos personificamos. Si, somos seres más situacionales que individuales. Pero hay un sujeto llamado sexo que está condenado al silencio supremo, al claustro. A la represión. Al secreto. Primo hermano del placer. Enemistados socialmente. Si al combo sumamos como protagonista de los hechos, no importa en qué lugar del planeta sea, una mujer, se encienden todos los patrones retrógrados de la cultura moral y patriarcal. 

Si hay algo que permite la ficción es narrar lo “no” dicho y convertir en debates los silencios. Esta es justamente la idea de Laura Sarmiento y Verónica Fernández, autoras de “Intimidad”, la serie española que destronó en horas, en Netflix, a ‘Stranger Things’. Un manifiesto de 8 capítulos de la cultura correctiva de la moral global cada vez que se viralizan imágenes privadas sin consentimiento.  Penado en la justicia española, en Argentina te la debo y juzgado en la sociedad del mundo mundial. El personaje principal es Malen Zubiri, una política de izquierda que incomoda al círculo rojo, en su mayoría hombres, camino a ejercer la alcaldía de Bilbao, retratada en el cuerpo de la actriz Itziar Ituño.  Y un atajo elegido desde el poder para interrumpir su meta política: viralizar imagenes de sexo consentido con un hombre. Es imposible ver la mujer decidir y elegir su placer. La sociedad juzga y los medios descuartizan a la víctima y todo su entorno. Para amplificar que las violencias no distinguen clases sociales, las autoras narran, en paralelo, el suicidio de una operaria, Ane, protagonizada por Verónica Echegui, que no soporta la presión social y acaba con su vida. Ambos casos fueron reales. La historia de Malen Zubiri es la evocación a Olvido Hormigos, concejala española socialista. Y la operaria es el recuerdo del caso “Verónica” (32 años) que perteneció  a la empresa IVECO, cuyo desamparo atroz se podría intitular protocolo inhumano. Se suicidó. No hubo contención. El silencio corrector y moral la sentenció ante la tecnología, que fue el medio, para difundir sus imágenes de sexo consentido y elegido como derecho individual y humano de sentir. Pero no es el medio responsable, sino su autor.

La fiscal Daniela Dupuy Especializada en Delitos Informáticos del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, nos despabila, En España es es un tema que ya hace años se viene debatiendo. De hecho se ha legislado el artículo 197.7 del Código Penal español. En Argentina todavía no está legislado, sé que hay intenciones de hacerlo y sería muy bueno que sea incluida esta modalidad en el Código Penal. Hoy es una contravención en la ciudad autónoma de Buenos Aires. De hecho las investigamos constantemente en el ámbito de la Fiscalía y han aumentado prácticamente de un año a otro en más de un 50% el ingreso de estos casos”. La penalidad es inmensamente menor al daño ocasionado a la víctima, equivale  de cinco a quince días de trabajo de utilidad pública, ó tres a cinco días de arresto. Y la descripción de la víctima a la hora de denunciar son en un 80%  mujeres y el 70%  mayores de 30 años. La red que lidera para difundir el delito es Instagram en casi un 40%. Y como es archisabido  que el amor se puede convertir en odio, casi el 80 % de los victimarios son ex-parejas, agrega la fiscal y cierra en forma contundente, “Realmente no se puede dimensionar el mal que se le genera a la víctima, un perjuicio inigualable, inigualable”

Al escuchar a la Fiscal nos remitimos al rol en “Intimidad” de la inspectora Vázquez, bajo la tutela actoral de la inmensa Ana Wagener, otra mujer, quien tiene a cargo la investigación del caso mediático de la futura alcaldesa Zubiri, con marcada personalidad, que a pesar de ello duda y teme denunciar presa de sus miedos y la presión de la organicidad del partido político que es el primero en soltarle la mano. Tal vez se puede dibujar la corrupción pero no se permite la incomodidad del placer de la desnudez.

 Está claro que tanto en la ficción como en la vida real la red social salva a la víctima de cualquier violencia. Y ante escenarios arcaicos y patriarcales la empatía y sororidad, deben ser nodales. Los personajes centrales de la serie son todas mujeres, algunas fuertes, otras débiles, frágiles, conservadoras, por suerte diferentes, pero todas saben que solo tejerse entre ellas las salva. 

La titular de la Dirección General de la Mujer, de la Ciudad de Buenos Aires Carolina Barone, explica como trabaja en conjunto con la fiscalía, “a través del Centro de Asistencia a Víctimas, asistimos a personas que resulten Víctimas de Delitos contra la Integridad Sexual y Delitos informáticos contra la Integridad Sexual, desde un marco legal, social y psicológico a las víctimas de estos delitos y contravenciones. A partir del ingreso de la demanda, se toma contacto con la víctima para que, en caso de no haber sido ella la solicitante de la intervención, preste su conformidad para recibir asistencia del programa.” Y por las dudas suma un servicio, Barone “En caso de consulta se puede llamar todos los días las 24hs a la línea 144 Mail: Delitossexuales@buenosaires.gob.ar”

La conducta antisocial es socia del anonimato, amiga confesa de la deshumanización, y baldea la vereda cibernética de la maldad humana. Algunos dicen que militar la bondad garpa. 

Por Sara Di Tomaso

Autor:

Sara Di Tomaso

1 Comment

  • Excelente nota ! Y más allá de la justicia, somos todos nosotros como sociedad los que debemos hacer que se respete nuestra intimidad entendiendo que detrás de esas imágenes hay un ser humano que sufre y no se merece que estemos reenviando, comentando o reenviando lo que hace en privado.

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