Los fabricantes de vacunas piensan cambios ante la mutación del virus
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) observan de muy cerca el sistema mundial de vacunas contra la influenza para decidir cómo manejar decisiones similares sobre las vacunas COVID-19. Todos los fabricantes de las vacunas contra el COVID-19 cranean nuevas recetas contra las alarmantes mutaciones del virus, y los reguladores están viendo la influenza como modelo.
La influenza muta con mas rapidez que el coronavirus, es en este sentido la lupa puesta en las vacunas contra la influenza dado que deben ajustarse casi todos los años. Los centros nacionales de todo el mundo recogen los virus de la gripe que circulan y hacen un seguimiento de su evolución. Envían muestras a los laboratorios designados por la OMS para realizar pruebas más sofisticadas para determinar la concentración de la vacuna. Luego, la OMS y los reguladores acuerdan la receta de la vacuna del año y los fabricantes se ponen a trabajar.
La preocupación surge porque las vacunas COVID-19 de primera generación no funcionan con gran precisión contra el mutante que surgió por primera vez en Sudáfrica como lo hacen contra otras variantes que circulan por el mundo.
Hay variantes detectadas en Gran Bretaña, Sudáfrica y Brasil que son mucha mas contagiosas.
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