El crimen de Fernando Báez Sosa. Ataque en manada, testigos inmóviles y una nueva tragedia
Otra vez una patota de jóvenes que ataca. Otra vez decenas de testigos que se paran a grabar y mirar sin hacer nada. Ahora la víctima fue Fernando Báez Sosa, de 18 años, que terminó muerto en la vereda después de que le pegaran entre 11 a la salida de un boliche en Villa Gesell. La temporada de verano ya tuvo varios episodios similares en los que el denominador común es similar: pibes que se creen que tienen que demostrarse más piolas, más machitos.
Cuando entre más de diez le pegan a uno, no es una pelea, es un ataque, brutal, dispar, sin códigos y cobarde, porque además de la violencia, se necesita atacar con la certeza de que se va a ganar por mayoría. Eso le hicieron a Fernando a la salida del boliche Le Brique. Hasta ahora los acusados son 11 rugbiers del Arsenal Rugby Club de Zárate de entre 18 y 21 años que veraneaban juntos en la ciudad costera. A 10 los detuvieron en el departamento que habían alquilado, uno fue detenido en Zárate y está intentando probar que no estaba cerca del lugar esa noche.
Según testigos, la situación empezó adentro y fue desarticulada por la seguridad del local que sacó a Fernando y a sus amigos. Pero la patota de Campana salió a buscarlo a la calle, lo siguieron y atacaron. Una adolescente que trabaja en el local relató en TN que cuando lo fueron a buscar, Báez Sosa estaba sentado tranquilo: “de golpe aparecieron todos los rugbiers y le empezaron a pegar. Había policías en la esquina, patovicas enfrente, pero nadie hacía nada. Nos metimos pibas y pibes, y nos pegaron los rugbiers porque no les importó nada, hicieron lo que quisieron”.
Los videos
Alrededor de la golpiza había decenas de testigos. Más allá de las fuerzas de seguridad y los empleados del local, que según testigos no intervinieron, estaban los otros jóvenes que habían salido a disfrutar de la vida nocturna de la ciudad balnearia. Los que quisieron frenar el ataque, también recibieron golpes. Muchos otros arengaban a los golpeadores. El resto, grababa con sus celulares como parte de esta tendencia cada vez más firme de registrar, pero no intervenir. Los testigos eran mayoría, podían frenar el asesinato.
“Me quise meter porque la verdad que lo único que había eran pibes inconscientes -más inconscientes que ellos- gritando ‘pegale dale, lo vas a matar, dale que vos podés’. Uno de los pibes que tenía una camisa blanca le dijo a otro ‘¿te lo querés llevar de trofeo?’, y ahí fue la última patada. Fernando quedó en el piso y nunca más se levantó”. (Tatiana – testigo)
Esos videos y una cámara de seguridad, al menos ahora están ayudando a identificar a los atacantes. Los 10 detenidos en Villa Gesell se fueron del lugar de la golpiza y contrataron el mismo abogado. Por ahora no declararon y la causa está caratulada como “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas.
El fiscal a cargo, Walter Mercuri, de la UFI N° 8 de Madariaga, informó que Fernando recibió una golpiza en la que participaron entre tres y cuatro personas.“Estarían identificados. Se ven en los videos quiénes son los que le pegan en la cabeza”, afirmó. Además, aseguró que tiene pruebas que confirman que los 11 detenidos “participaron de la gresca”, aunque aclaró que no todos le pegaron al joven fallecido.
Fernando había terminado el CBC de abogacía, le faltaban pocos días para cumplir un año con su novia. Se había ido del boliche sin seguir una discusión ridícula que había empezado durante un show. Pero ante los ojos de sus atacantes “se hicieron los guapos adentro, a ver cómo les va afuera”